24/08/2017
José Miguel Sánchez le da un
0.6
"Lamentable y desastrosa experiencia."
En mis 32 años jamás había tenido una experiencia tan lamentable, triste y poco profesional como la sucedida en este hotel.
Reservé con antelación una habitación doble junto a mi pareja con el añadido extra de "cena romántica en nuestro restaurante + botella de cava en la habitación", para celebrar nuestro aniversario. Los problemas comenzaron nada más llegar: después de una eterna espera en recepción, nos informan de que nuestra reserva ha sido cancelada por error. Tras otra larga espera para tratar de solucionar el problema, finalmente nos dan la llave de la habitación, con la sorpresa de que al abrir la puerta en lugar de encontrarnos con la botella de cava, lo que aparece es... otro huésped en calzoncillos delante de nosotros. Nos habían dado una habitación ya ocupada. La cara de sorpresa tanto mía como de mi pareja y del otro huésped fue tremenda.
Regresamos a recepción para que nos solucionen el problema, lo cual llevó otra MUY LARGA espera. Tan lentas eran las recepcionistas, que incluso otros clientes se quejaron también del largo tiempo de espera que estaban sufriendo, lo que incluso lleva a otro cliente a encararse conmigo y acusarme de que me había colado. Cuando AL FIN me cobran y me dan la llave de la habitación, caigo en preguntar por la cena especial que incluía el pack contratado. Llaman al jefe de cocina del restaurante para preguntarle si todo está correcto, y el propio hombre se acerca a recepción a hablar con las recepcionistas. Aunque no alcanzo a escuchar lo que les dice, ellas me aseguran que todo está correcto. Como uno ya sabe más por viejo que por diablo, cuando ya se iba me acerco a hablar con el jefe de cocina personalmente y, éste sí, me asegura con total sinceridad que no es posible disfrutar de la cena, pues es especial y sin una reserva previa "no se puede hacer". Ahí ya mi cabreo fue mayúsculo, no sólo por la enorme cantidad de tiempo que allí perdimos, ni por la reserva erróneamente cancelada, ni por encontrarme mi habitación ya ocupada, sino por descubrir que el regalo que tenía para mi pareja no iba a ser posible y, no sólo eso; me la habían intentado colar con la cena y ni siquiera se habían dignado a ofrecerme una solución de ningún tipo. Finalmente exigí la devolución de mi dinero y me fui del hotel muy, muy cabreado, con mi aniversario estropeado por completo, para tenerme que poner a buscar a las 10 de la noche otro alojamiento para intentar salvar la situación.
Son unos completos inútiles; lo siento, pero no puedo describirlo de otra manera. Y no quisiera ceñirme sólo a la recepción; aquí las políticas de la dirección del hotel tienen mucho que decir también. No se puede tener por norma contar con recepcionistas becarios (una de las propias recepcionistas me confirmó que era becaria) que son sustituidos por otros nuevos cuando finaliza su periodo de prácticas. No tengo nada en contra de los becarios; simplemente lo que sucede es que, además de ilegal, es poco ético y nada profesional sustituir un puesto de trabajo tan importante en un hotel como es la figura del recepcionista por becarios que nunca llegan a alcanzar una cualificación mínima deseada. Es una absoluta vergüenza que Eurostars, una marca que hasta ahora consideraba de un mínimo prestigio, no sólo la fastidiara de tal manera con mi reserva, sino que ni siquiera tuviera la decencia ni atención de ofrecerme una solución rápida, eficaz y adecuada. Porque para hacer eso, hace falta contar con una plantilla PREPARADA, CON EXPERIENCIA Y CUALIFICADA.
No volveré a pisar otro Eurostars en toda mi vida.