La isla italiana de Cerdeña es en tamaño la segunda isla del
Mediterráneo, un lugar lleno de restos arqueológicos y famoso por su
exclusiva Costa Esmeralda, en la que veranean ricos y famosos de todo el mundo.
Alghero está llena de pequeñas Iglesias, calles
empedradas, Palacios de los antiguos nobles catalanes, murallas y todo
el encanto de Capo Caccia que encierra el Golfo. Se puede ir de
excursión a Castelsardo, donde se se encuentra el antiguo Castillo
Doria, el museo, el barrio antiguo y los pequeños negocios y artesanias
donde aún hoy se pueden ver a las mujeres produciendo canastas.
Sassari es la segunda ciudad de Cerdeña. Merece la pena una visita al barrio antiguo y a la Catedral de San Nicolás.
La Costa Esmeralda es sin duda una de las zonas más
famosas de Cerdeña por sus espectaculares costas del mar Mediterráneo,
sus colores y sus campos perfumados por sus típicos matorrales. Para
visitar, la Iglesia de Santa Trinita di Sccargia, situada en la soledad
de los campos sardos.
La isla Maddalena le da su nombre a un archipiélago
compuesto por veinte pequeñas islas y atravesando un largo puente se
visita la isla Caprera, donde Giuseppe Garibaldi decidió pasar los
últimos años de su vida.
Nuoro, situada en el centro de la isla representa lo más tradicional de la cultura sarda.
En Cagliari hay que pasear por el barrio antiguo
encerrado en la fortificación de Casteddu, las Iglesias y el museo
arqueológico. También sus alrededores, donde las aguas salinas hospedan
impresionantes flamencos rosas.
Bosa, situada en las orillas de la desembocadura del
río Temo, es un pintoresco centro dominado por un antiguo castillo.
Desde aquí se recorre una carretera costera hacia Alghero, donde se
pueden admirar espléndidos panoramas.