Situada sobre la colina de Anfa, Casablanca ha sabido
resurgir de sus cenizas, llegando a convertirse en el primer puerto del
Norte de África, motor de la economía y símbolo de la modernidad de
Marruecos. "Casa", como es conocida cariñosamente, se va perfilando cada
año como uno de los destinos más atractivos del país, pues resulta ser
una ciudad moderna con un rico patrimonio histórico. Y es que de solo
nombrarla evoca una miríada de emociones; una encrucijada de
civilizaciones que ha marcado para siempre su identidad, un pueblo
sensible al arte y a la espiritualidad, y en definitiva, un lugar
rodeado de un halo de misterio al que muchos vienen para encontrarse.
Resulta fácil remontar el curso de la historia de Casablanca con
un simple recorrido por sus distintos barrios. A principios del siglo
20, la ciudad laboratorio se hace eco de sus grandes hazañas
arquitectónicas inspiradas en el art déco de la época, como la Plaza de las Naciones o la Plaza de Mohammed V, en el centro.
Si quieres descansar, cerca encontrarás el parque de la Liga Árabe, donde los residentes suelen pasear en familia y disfrutan de la naturaleza.
Más al norte te aguardan miles de sorpresas en la antigua medina.
Sin contar su polvorienta decoración, esta se destaca sobre todo por la
vida que cobra su gente y las plazoletas que se esconden entre sus
calles. Aquí encontrarás la Gran Mezquita y el mausoleo de la Kouba Sidi Bou Smara.
En un promontorio y con inmejorables vistas sobre el Atlántico, la Mezquita del Gran Hassan II hace
gala del minarete de ladrillos más alto del mundo. La titánica
construcción, de estilo arabo-andaluz, puede acoger hasta 25 mil fieles y
es uno de los pocos edificios islámicos abiertos a los no musulmanes.
Sólo los fieles tienen acceso a la plataforma de vidrio sobre la cual
pueden rezar directamente sobre el mar, convirtiéndola así en uno de los
espacios religiosos más especiales del mundo.
Acto seguido, dirígete a la zona balnearia de Casablanca. El bulevar de la Corniche es
el paseo marítimo que bordea playas, piscinas, cafés, hoteles,
restaurantes y bares. Día sí día también, en familia o entre amigos,
residentes y turistas salen aquí a tomar el aire y a distraerse. A un
extremo está el faro El Hank y al otro, el parque Sinbad con su zoológico y atracciones.
Entre arquitectura marroquí y urbanismo moderno, el distrito de Habous llama la atención de los visitantes por su nueva medina, idealizada y proyectada por los franceses durante la década de 1930 para intentar solventar la falta de viviendas.