A
orillas del río Arauca, en la frontera con Venezuela se encuentra Arauca, una ciudad imponente en
medio de los Llanos Orientales, que vibra al compás de las arpas y el joropo. Una ciudad donde los atardeceres se tiñen con los
colores que deja el sol cuando se oculta en la llanura. Una vez aquí no
puedes dejar de ir al Malecón, donde verás de cerca los islotes donde habitan los indígenas guahibos, ni mucho menos a La Madrevieja; una laguna famosa por su mito que reza que quien bebe sus aguas
nunca se va de Arauca.
Tampoco podrás perderte el arte del coleo y disfrutar en vivo una de las
tradiciones más arraigadas de la ciudad.