Tristana

Olivia Molina encarna a uno de los personajes más interesantes de la literatura española. La Tristana de Galdós, ya feminista y única en el siglo XIX, salta a escena de la mano de Eduardo Galán y Alberto Castrillo-Ferrer, para  hablarnos de las frustraciones de una mujer que no puede alcanzar sus sueños, atrapada entre dos hombres.  

Tristana es una huérfana que es recogida por don Lope, que de padre acaba convirtiéndose en su amante. Cuando la muchacha crece, horrorizada por la situación, se enamora de un pintor, que, sin embargo, de ideas tradicionales, no comprende las ideas de libertad y emancipación de Tristana. En una ausencia de éste, a Tristana le amputan la pierna y está obligada a volver con el viejo don Lope. 

Un tremendo triángulo amoroso a través del que se pueden leer las problemáticas sociales de la época y la poca libertad de la mujer en un tiempo donde su único mandato y posibilidad social son el matrimonio y la maternidad.  

“Ya sé que es difícil eso de ser libre… y honrada. ¿Y de qué vive una mujer no poseyendo rentas? Si nos hiciéramos médicas, abogadas, siquiera boticarias o escribanas, ya que no ministras y senadoras, vamos, podríamos… Yo quiero vivir, ver mundo y enterarme de qué y para qué nos han traído a esta tierra en que estamos. Yo quiero ser vivir y ser libre (…) Quiero ser algo en el mundo, cultivar un arte, vivir de mí misma… Quiero tener una profesión”.