La última emisora

Un programa radiofónico en un mundo postapocalíptico y distópico sirve de excusa para que los actores, texto en mano, devuelvan encima de un escenario lo más parecido a los audiorelatos, o para afinar un poco más, audioteatro. El espectáculo se articula en puñado de historias que se suceden en marquesina, cada una de ellas con publicidad incluida, y llenas de efectos folly. En estas historias es inevitable soltar una carcajada porque ell texto está repleto de "paridas" (entiéndanme) que más de una vez te sorprenden por la ocurrencia o lo inesperado. Pero que funcionan. Y eso se agradece. Los actores saben lo que hacen y juegan a favor de la comedia, y se valen de una naturalidad, que a ratos se ve que está más allá de la actuación, pero que sirve sobremanera para relajar el ambiente del público y crear un buen clima en las filas de butacas. Además, son jóvenes, son buenos y te ríes. ¿Hay que pedir algo más? porque también hay música en directo que ambienta y canciones que seguro se quedan rondando por un tiempo en tu inconsciente dando vueltas y seguro tararearás.

8.7

Miguel

¡Lo recomienda!

Un tipo de espectáculo diferente, muy bueno para probar algo nuevo un sábado por la tarde o por la noche en el que no sepas qué hacer. No te preocupes si no has visto capítulos anteriores, no tienes que saber nada para disfrutar de la función.