Bernarda Alba en blanco y negro

Tres mujeres sin nombre se encuentran en una cárcel, cometieron un error y el precio que pagarán es perder su libertad, su identidad, eso que llamamos vida. Cada una de ellas representa una faceta de Federico García Lorca: El poeta, el rebelde, el rechazado.

Bernarda Alba las representa y está encargada de su rehabilitación, es responsable de hacer de ellas miembros útiles de la sociedad. A Bernarda sólo le importa ella, ser salvadora de unas mujeres que no pidieron ser salvadas. Poncia será la razón, la sensatez y al mismo tiempo la impotencia frente a la injusticia. Fragmentos sin tiempo, sin esperanza, se suceden unos a otros hasta llegar al final inevitable: La muerte.

Bernarda Alba en blando y negro es un grito contra la injusticia. La vivimos en blanco, por el frio, el abandono, la soledad y el dolor de las mujeres en cautiverio. Sucede en negro por la indolencia, el maltrato y la explotación que viven diariamente.

Bernarda Alba representa la política social del estado, una loca exhibicionista y mediática, que lejos de proteger a su población vulnerable la expone arbitrariamente al peligro. Esta puesta en escena es un encierro físico y mental de tres reclusas en donde el tiempo cabalga sobre sus sueños generando un universo onírico en el que el pasado, el presente y el futuro se mezclan.